24 jun 2013

24-06-13

No puedo evitar sentirme muy mal, parece que todo lo que publica tiene que ver con nosotras, es que de plano ya dejaste de amarme? Hasta ahí fue todo?, yo nunca he sido una persona capaz de demostrar cuando ama a alguien, trato de la peor manera  a quien amo pero a pesar de eso, estoy pendiente, quiero su bienestar y velo por esa persona, velo por ti, pienso en ti, rezo por ti, quiero y deseo siempre un futuro excelente para ti y poder ayudarte con ello, quiero seguir a tu lado pero si es cierto lo que comentas…tu ya no quieres que este a tu lado, eso me destroza, recuerdo que si alguna vez pasaba algo así dije que seria fuerte, pero duele demasiado, no quiero ser fuerte, no te quiero lejos de mi, no quiero que me dejes, no quiero terminar todo esto tan hermoso que hemos construido, no me importan las diferencias que tengamos, se que podemos seguir adelante, yo quiero seguir adelante y no soltarte, eres demasiado importante para mi, jamas en la vida había amado a alguien como te amo a ti,sin ti mi vida no tendría sentido, aunque soy demasiado cobarde para acabar con ella, pero sé y estoy muy segura que me volvería un ente sin emociones, tu te llevarías lo ultimo que quedaba de mi, aquello que dije que jamas le daría a nadie y te di a ti. Todo, te lo entregue, es tuyo y quiero que siga siendo tuyo, si quedo vacía no me importa, quiero tu felicidad, si no es a mi lado, aléjate pero si es a mi lado no te alejes. No me dejes. Estas buscando cuando deshacerte de mi? Se que te doy muchos problemas, que no soy la mujer que quisieras que fuera, no soy la novia ideal  y que no merezco estar a tu lado, pero te amo, tan profundo, tan real,  mi promesa fue amarte por la eternidad y la cumpliré, porque no habrá nunca nadie mas que tú para mí. Hoy y siempre.

Random del 24-06-13

Era sábado cuando lo conocí, no es que fuese un día especial, solamente que fue un día diferente, me quedé sola en casa, mis padres habían ido de visita a casa de mi hermana, no me gustaba salir así que me quedé en casa; Nos habíamos mudado hacía poco, una semana quizás, las cosas aún estaban en cajas, no todas, pero si la gran mayoría. De vivir en una colonia al poniente, ahora vivíamos en un fraccionamiento al norte, que gran diferencia, las casas en vez de verse como en los pueblos: albarradas de piedra, patios descuidados, gallinas en las entradas, niños descalzos. Se veían de alta sociedad: jardines limpios, arbustos perfectamente cortados, casas enormes con decoraciones en las puertas, incluso el olor había cambiado, antes un olor agrio se colaba por mi ventana, ahora un olor dulzón la inunda.
Ese día estaba sentada en el sofá de la sala, miraba un programa sobre asesinatos y asesinos seriales, una investigación acerca de la personalidad del asesino, estaban tan metida en la televisión que no me di cuenta cuando un carro aparco delante de mi casa hasta que escuché el timbre. Salté en el sofá y maldije en voz alta, luego me di cuenta que estaba exagerando y no tenía nada que temer, en el norte no habían asesinos ni nada por el estilo, eso solamente sucedía en Estados Unidos y estaba en México, así que no debía preocuparme, que equivocada.

Aún con el corazón palpitando velozmente por el susto, me dirigí a la puerta y abrí, ante mi apareció un joven muy apuesto, alto, delgado, de largas piernas, cabellera peinada hacia atrás de tono cobrizo y unos ojos azul tan claro que parecía gris. Me sonrió al notar como me le había quedado mirando, seguro estaba acostumbrado porque no sentí ninguna pena o vergüenza, al contrario, parecía gustarle que lo admirara.
̶  Eso fue irrespetuoso perdón ¿Quién eres y que quieres?  ̶ Pregunté ya luego darme cuenta que había pasado un tiempo considerable y que sentía que me apenaría en vez de él.
̶  Buenos días, me acabo de mudar enfrente soy Damián mucho gusto ¿tú eres?  ̶  Me Respondió mostrando una amplia y blanca sonrisa.
 quedé hipnotizada por él en ese momento, había visto cientos de hombres guapos, pero jamás como aquel joven, parecía sacado de una revista de Calvin Klein o algo parecido, sus brazos parecían haber soportado horas y horas de arduo trabajo de pesas, no era un hombre ponchado pero si muy bien marcado.
̶  Janet mucho gusto, y también nos acabamos de mudar, hace una semana para ser precisa  ̶  Respondí con trabajo, parecía que mi lengua no quería hacerme caso en esos momentos. Él tomó mi mano y la estrecho.
̶  Mucho gusto ¿vives sola?  ̶  Me preguntó sin soltar mi mano, yo enfoqué mi mirada en la mano de Damián, parecía que jamás hubiese trabajado para ser un hombre, se veía tersa, sentí la sensación de su palma, suave, entonces intuí que era un niño rico nato, negué con la cabeza a su pregunta.
̶  Vivo con mis padres, pero salieron  ̶ Respondí mirándole de nuevo, el pareció meditar algo, su mejilla se levantó al escuchar mi respuesta. Entonces me sentí extraña, como que una parte de mi sabía que no debí de dar tanta información a un desconocido, con esa sensación que comenzó en la boca del estómago aparté mi mano del agarre.

̶  Espero tengas una buena vida en esta calle, se ve tranquila, me tengo que ir. Ya nos veremos algún día  ̶  Le dije sonriente para luego cerrar la puerta en su cara, el mostró un rostro sorprendido para luego volver al taimado con el que me había saludado.  Me alejé de la puerta de inmediato luego de ponerle la alarma y volví a la sala, seguían pasando el programa sobre asesinos seriales, me di cuenta luego de unos minutos que no le había preguntado al vecino el motivo de haber tocado mi puerta estando su casa al frente. Algo incomoda y aún sobresaltada seguí viendo la televisión pero opté por cambiarle a un programa menos oscuro y siniestro, estaba a punto de cambiarle cuando un diálogo dicho por un testigo me hizo ponerme la piel de gallina. “Nunca lo hubiese esperado de él, era un buen hombre, guapo, casi perfecto”. Entonces decidí mejor apagar ignorando que posiblemente la sensación de la sonrisa del nuevo vecino había sido una advertencia de mi cerebro.

Pasaron varios meses y no volví a tenerlo en la puerta, les conté lo sucedido a mis padres y me prohibieron abrir de nuevo cuando ellos estuviesen ausentes y eso hacía a menos que invitara a alguien a casa, que no era seguido por la lejanía de mis amistades; un día invité a mi mejor amiga, Agatha, estábamos en la sala de juegos cuando de repente ella dejó de jugar y me dijo algo que me extrañó.
̶  El chavo de enfrente esta guapísimo y parece que le gustas ̶ Me dijo codeándome las costillas, luego de empujarla un poco por el dolor me quedé en silencio, estaba algo asustada ahora, el desconocido estaba interesado en mí, luego de mi primera advertencia decidí hacerle caso a mi sexto sentido y éste me decía que no me acercara de nuevo a ese hombre.
̶  ¿Ah sí? Que bien ¿y porque parece?  ̶  le pregunté a mi amiga mientras buscaba en que momento aquel chavo me había observado ese día. Entonces di con el momento. Cuando salí a recibir a Agatha, él estaba en su patio de enfrente sentado con un libro en mano pero no miraba el libro, me miraba a mí, pude sentir sus ojos escudriñándome, pero hice caso omiso, igual y estaba exagerando así que no le comenté nada en ese momento a mi amiga, pero parecía que ella igual había notado la mirada.
Después de esa segunda advertencia la cual no comenté a mis padres decidí no volver a invitar a nadie y mucho menos salir, bueno, solamente iba al colegio que era inevitable que él me viera. Pero parecía saber mis horarios de salida, siempre lo encontraba mirándome cuando salía temprano de casa y también cuando regresaba a casa, podía manejar así que ir a mi escuela era por mi cuenta mientras mis padres se iban a sus respectivos trabajos, un bufete de abogados mi padre y una tienda departamental mi madre, era la gerente.

Un día estuve necia de ir a una fiesta que Agatha me había invitado pero mis padres no querían que saliera tan noche así que no me dejaron ir, fingí que les hice caso pero cuando se durmieron con tarjetas de crédito en mano y mi celular me escapé de casa. Fatal error.
Damián me esperaba en su auto delante de mi casa, al verme sonrió y extendió su mano hacía mí.
̶  ¿quieres que te lleve? ̶  me preguntó tranquilo mientras se apoyaba en mi automóvil, el suyo estaba estacionado en su propia casa. Le miré molesta.
̶  Quítate de mi auto, no gracias, sé manejar ̶  dije caminando al asiento del conductor ignorándolo. Él suspiró, lo último que sentí fue un olor y lo vi a él levantando una ceja, después de eso caí en un sueño profundo.






14 jun 2013

Destino




Te contare una historia. Todo comenzó con una apuesta. La vida de aquel chico había sido por mucho tiempo un juego de azar en el cual siempre perdía, por lo que ya era una costumbre para él terminar en algún rincón medio muerto. Su vida actualmente no ha cambiado mucho.

El día que nos conocimos, los dados fueron lanzados dejando su existencia en mis manos, como siempre la fortuna me había sonreído y  no dudaría en cobrar el premio mayor con esa alma. Esa exquisita alma…

Quería su poder destructivo; me había enamorado de esa hermosa locura que vivía en lo profundo de su ser, tan excitante, que me hacía desear estar vivo; aunque siendo un espíritu no podía hacer mucho y menos teniendo un contrato de protección con él… pero él deseaba alguien que lo quisiera, creo que nunca conoció el amor, aunque eso no importa.

No mal interpreten mis palabras, Andrei nunca me cayó mal, era un buen chico y he de admitir que ahí radicó un gran problema.  El chico se ponía siempre al servicio de aquellos que creía superiores, no podía evitarlo, era un alma tan pura.

Nuestra relación no fue de amistad, sólo lo utilizaba, él soltaba cátedra acerca de la moralidad mientras que por mí cabeza solo pasaba dos ideas: la primera, no dudaría en sacarle jugo a su cuerpo y divertirme con su débil mente manipulando sus emociones, después de todo los hombres adinerados pagarían una buena cantidad por él. La segunda simplemente acabar con su existencia.

Sus habilidades le hicieron ganar fama, al menos tenía algo con que alimentarse y por ende alimentarme a mí.

No medí las consecuencias que eso conllevaría, con el paso del tiempo él dejó de ser humano para transformarse en un mero recipiente, una vasija. No imaginé que lo rompería a tal grado, aunque aquello me colocaba las cosas más sencillas; estaba cansado ser con él un buen chico, solo deseaba terminar con él y así obtener su poder.

Ahora sería yo el que le ordenase, él haría todo lo que a mí me placiese, incluso saltar desde un puente. Claro está que eso no sería mi recompensa, sólo lo tomaría como un entretenimiento mientras decidía darle fin a su vida.


Lamentablemente para ello necesitaba a alguien dispuesto, alguien que trabajase más por instinto que por razonamiento. Hace unos días hallé en esta ciudad el indicado, había escuchado rumores acerca de un hombre lobo por lo que la idea me colmó de éxtasis. Sería una desgracia que aquel lobo eliminase lo último que ata el alma de Andrei a su cuerpo…su corazón.

Lluvia de Invierno



Era de noche, caminaba por las desoladas calles de la avenida de Saint Jaques, el cielo cubierto por uno gran manto gris dejaba caer gélidas gotas de lluvia, era la época del año en la cual no se estaba seco ni un momento.
Demian logró sentir el temor en el aire, sus fosas nasales picaron indicándole la cercanía de su próxima víctima, olio el aire por segunda vez, eran dos, un humano  y un muerto.
Adaptado a su forma humana, Demian se deslizo a paso lento  hacía el callejón procurando que sus pisadas no se escuchasen, la fragancia a miedo aumentó a terror, satisfecho encaró a la víctima, o al menos eso se propuso, pero ésta le recibió con una onda expansiva que lo hizo golpearse contra el muro de uno de los edificios.
― Atrás ser infernal, no tienes permitido acercarte un paso mas ― vociferó el humano realizando una seña de protección, Demian soltó una carcajada, se separó de la pared acercándose a paso veloz al chico.
― Estas a mil años luz de vencerme, mocoso de pacotilla ― exclamó Demian tomando del cuello al humano, entonces notó que éste no se encontraba solo, a su costado flotaba otro hombre, o parte de él, el espíritu acompañante de aquel chico.
― ¡Suéltame! ― trató en vano el humano de deshacerse del agarre, Demian lo levantó del suelo y lo arrojó hacia un contenedor de basura, el espíritu colocó una sonrisa sardónica en su rostro.
Demian molió a golpes al chiquillo,  le dejo las mejillas enrojecidas y los ojos amoratados. De su nariz, boca, ceja, caían hilos de sangre; orgulloso de sí y su recién cometida hazaña, dejó salir sus colmillos  mientras sus ojos se tornaban ámbar, clavó los colmillos en el cuello del joven, el olor que éste había desprendido al principio cambio, aturdido por el olor familiar se separó del joven y lo dejó tendido en el suelo, su corazón comenzó a latir, invadieron su cabeza aquellos recuerdos que había creído olvidados; Demian tenía a la mujer rodeándole las caderas, agitada, con los mechones de cabello mojados esparcidos en la sábana, ella gemía, gritaba y se removía, él  invadía su cuerpo cada vez más fuerte, profundo, lo que ella pedía.
Levantó la mirada hacia el buró cercano, ahí encontró la foto de aquella mujer y el alfa, excitado por ser descubierto en cualquier momento soltó su semilla en ella mirando la fotografía.

Se había quedado embelesado mirando al humano mientras las memorias pasaban fugaces, la mirada del espíritu acompañante le hizo regresar a la realidad; tomó al joven y lo llevo consigo. La conexión que había sentido con él, no pensaba desaprovecharla.
En algún momento de la noche, el humano que resultó ser un Chamán novato de nombre Andrei, según había dicho el espíritu acompañante, desapareció. Ahora Demian se encontraba solo en su departamento, que más bien parecía una vieja cueva; sentado en el banco frente a la barra de la cocina con la taza de café en la mano se dejó llevar por sus pensamientos.
Demian había nacido en una familia de hombres lobo puros, desde pequeño había seguido cada una de las normas establecidas por la manada, todo había marchado en perfecta sincronía hasta que conoció al hijo del líder de la manada, Athan, el hombre hizo reaccionar enseguida su instinto de reproducción, pero debió ignorar aquellas sensaciones que habían iniciado, debido a su estatus en la manada la relación con el hijo del alfa se volvió fraterna; con el paso del tiempo a la muerte de su padre, Athan tomó el liderazgo, las cosas siguieron como de costumbre hasta que una mujer fue reconocida por su líder como su pareja. Demian dejándose llevar por el impulso tomó a la chica y  la poseyó durante un tiempo, al ser descubierto fue expulsado de la manada y condenado a vagar solitario, un año después se encontraba en aquel departamento mirando el reloj de pared ensimismado.
El aire cálido del medio día le dio ganas de salir de casa, no quería recordar su pasado, por lo que con llave y cartera en el pantalón, salió del departamento. Caminó por las calles habituales, mirando a los alrededores en búsqueda del jovencito prófugo, pero no halló nada hasta que el olor de café mezclado con la fragancia dulce de Andrei le hizo reaccionar, el chico se encontraba en la cafetería de la esquina; decidido entró y buscó al humano entre las mesas, lo encontró en la mas alejada, antes de que lograse acercarse fue interceptado por el espíritu del joven.
― Grandulón, ¿quieres que te ayude con mi muchacho? ― preguntó en un susurro el ente mientras bailaba de un lado al otro alrededor de Demian.
Demian meditó la pregunta unos momentos, sabía lo que su físico y personalidad lograrían con el muchacho, pero tal vez un poco de ayuda aceleraría el proceso.
El ente al sentir su aceptación regresó al lado de  Andrei, cruzo unas cuantas palabras con él y desapareció en el aire. Demian captó la señal, era hora de actuar, caminó hacia la mesa del humano y tomo asiento delante de él con actitud imponente.
― Andrei, huiste de mí, ¿temes que vuelva a dejarte inconsciente? ― preguntó Demian sonriendo ampliamente con una ceja levantada, mirando fijamente al humano.
Andrei se removió en su lugar, miró hacia un costado y negó con la cabeza.
― En lo absoluto, lo que sucedió fue que desperté de madrugada y al sentirme bien, opté por regresar a casa, no quería molestar a un hombre como tú ― respondió el chico jugando con sus dedos por debajo de la mesa, aquel hombre le ponía nervioso.
Demian soltó una sonora carcajada y extendió el brazo hacia el rostro del humano, lo alcanzaba a la perfección, Andrei era más pequeño que él.
― no molestabas, era agradable tener a alguien cerca ― Dijo Demian acariciando la mejilla del humano, éste enseguida le dio un manotazo alejándola, Demian se sobresaltó.
― ¿¡Que sucede contigo?!, ¿eres gay o que?, ¿Por qué me sigues buscando y coqueteando? ― exclamó Andrei con el ceño fruncido, Demian le miró sin comprender, las palabras habían taladrado su cabeza, era la única explicación para su extraño comportamiento hacia el humano.
― ¡No soy ningún marica! ― respondió indignado, entonces recordó el momento que había propiciado su amorío con la mujer del alfa.
La manada se encontraba en una reunión de emergencia, habían sido convocados por el Alfa para una noticia, él al ser más cercano al líder encabezaba a la multitud;  el alfa salió unos minutos mas tarde tomado del brazo de una mujer desconocida.
― Hermanos, ella es mi pareja ― anunció el lobo sonriente, adoptó su forma salvaje y aulló a la luna, los demás le siguieron a coro, solamente Demian se quedó en silencio, apartado de la manada, la noticia lo había choqueado, debía hacer algo pronto, miró a la mujer desconocida y sonrió, ahí estaba su carta de triunfo.
Aprovechando la confusión de Demian, Andrei escapa de su alcance, el lobo reacciona y sigue su olor terminando en el parque a unas cuantas cuadras de su departamento, las estrellas comenzaban a teñir el cielo y el ruido de los arboles siendo sacudidos por el helado viento inundaba el lugar.
Demian olfateó el ambiente, Andrei se encontraba escondido entre las sombras del parque, siguió el olor y le sorprendió con un abrazo; Andrei se sobresaltó pero no lo rechazó, satisfecho por la aceptación comenzó los mimos.
― Hueles delicioso ― le susurró al cuello, lo olfateó profundamente llenando sus pulmones de aquella fragancia a flores. Andrei se estremeció en sus brazos, la imagen de Athan apareció en la mente del lobo, acarició el pecho del humano, ahora comprendía el motivo de su atracción hacia ese joven, el muchacho le recordaba a su ex líder.
Ignorando los recuerdos que amenazaban con llenar su mente, recorrió con sus ávidas manos el pecho del chico, le sujetó los pezones con cierta fuerza ocasionando que gimiese.
― Eres un chico sucio, tienes experiencia en este asunto por lo visto ― le susurró al oído, lamió su lóbulo para morderlo enseguida. Andrei mordió su labio inferior. Demian volteó al humano y junto sus labios, los recorrió con su lengua, mordisqueo, su lobo amenazó con salir pero lo mantuvo al margen, no podía tratarlo convencionalmente, no era uno de los suyos.
Andrei se dejó hacer, su respiración se torno entrecortada, Demian había localizado sus zonas palpitantes, las recorría con la mano en una suave caricia que lo hacia enloquecer, se aferró a la espalda del lobo. Demian sintió los dedos de Andrei presionando su espalda como una invitación, la cual aceptó gustosa, tomó de lleno con su mano el miembro del chico y lo frotó, recordó los momentos en la bañera en los que se auto complacía, con ese pensamiento en mente, masturbó al humano.
Andrei gemía y se aferraba aun más al gran hombre, su cabeza se ladeaba de un lado al otro, Demian mordisqueaba su cuello, clavícula y todo lo que estuviese a su alcance, sus ojos se tornaron carmesí y sus colmillo se asomaron, la excitación iba en aumento, de un momento a otro se encontró juntando ambas virilidades, frotándolas entre sí, masturbándolas, el viento llevaba sus gemidos por todo el parque, para suerte de ambos, éste se encontraba desolado. El corazón de ambos chicos se unió en uno solo, el palpitar rítmico y conjunto, como si fuesen una sola persona. Minutos después ambos chicos se miraban a los ojos agotados.
― Fue estupendo…aunque no logré llegar al final ― comentó Demian ayudando al humano a levantarse, las piernas del joven le habían vencido y obligado a arrodillarse, sus pantalones se encontraban hasta la rodilla, respiraba agitado con las mejillas ruborizadas. Después de acomodarse respectivamente los pantalones, Demian tomó las manos de Andrei.
― Quisiera que fueses mi pareja, siento un vinculo muy fuerte hacia ti ― declaró Demian sonriéndole al joven, éste le miró con una ceja levantada y soltó el agarre.
― vamos, solo fue faje, ¿Cuánto cobras? ― le respondió sacando de su bolsillo la cartera. Demian sintió que su corazón se marchitaba, miró hacia todos lados en búsqueda de algo que explicase aquellas palabras.
― vale, si no quieres mejor para mi ― dicho esto Andrei le dio la espalda y comenzó a caminar fuera del improvisado bosquecillo, Demian lo miraba fijamente cuando el espíritu acompañante se apareció ante sus ojos.

― ¿Lo dejarás ir así sin más?, ha herido tu orgullo ― dijo en voz apenas audible el ser, Demian leyó sus labios, la anterior rabia que había tratado de disipar lo llenó por completo, haciendo caso omiso a su consciencia, adoptó la forma de lobo y se lanzó hacia Andrei, éste no logro evadirlo, destrozo el cuerpo, la sangre manó a borbotones, buscó con el olfato el corazón del humano, lo tomo en su hocico y lo devoró sin miramientos. La lluvia cayó lavando la masacre, Demian había cedido a su animal y no volvería a su lado humano.

Lluvia de invierno- Destino




¿Quién dijo que ser un lobo solitario es fácil?, puras patrañas. Llevaba un año entero sin descanso en búsqueda de una nueva manada y de paso un hogar, todo por culpa del alfa de mi ex manada, Lucyan, a pesar de que trataba de controlarme no pude evitarlo y terminé metiéndome con su pareja, pésima idea, el resultado fue inapelable: expulsión de la manada.
Encontré un departamento para vivir por mientras, pero comenzaba a sentir la soledad, después de todos los lobos viven en manada…
Era de noche y llovía a cántaros, la lluvia me había devuelto las esperanzas perdidas, la posibilidad de no estar solo. Caminando por las calles desoladas sentí un olor diferente, cautivante, aun me encontraba en forma de humano así que aproveche y me acerqué a aquella fragancia.
— ¡Atrás ser infernal!
Recibí de sorpresa una onda energética, mi espalda chocó contra la pared, aquel chico sí que tenía fuerza pero no más que la mía, después de todo era un simple humano, así que luego de recuperarme de la sorpresa me tomé la molestia de darle una lección: lo acorralé, golpee; los hematomas se formaron rápidamente en su pálida piel, aquella valentía de hacía unos segundos, se había esfumado, él solamente tosía y se escondía para evitar mis golpes.
— Vale ya, déjalo, ¿no preferirías hacerle otras cosas?
Una voz masculina evitó que diera el golpe final y de paso que mi cuerpo tomara su forma real, retiré el puño del estómago del chico y encaré al hombre.
— ¿A qué te refieres?
— Sabes bien  a que me refiero, deja la mojigatería, tómalo y llévalo contigo.
Ya más calmado me fijé en el chico, era sin duda bastante atractivo, sentí nuevamente aquel olor familiar, colocándome de cuclillas olí el cuello de él. Me sorprendí al identificar ese perfume, era como el de Lucyan. Haciendo caso al espíritu tomé al chico y lo lleve conmigo, checar sus heridas no sería mala idea, al fin de cuentas yo no era un cabrón como la mayoría de machos de la ciudad.
Curé las heridas del joven, el espíritu mientras tanto se encontraba ausente, parecía haberlo abandonado.
— ¿En dónde estoy?
El chico despertó al día siguiente, las heridas de su cuerpo ya no eran tan evidentes, tomé asiento a su lado.
— en mi departamento, el espíritu que te acompaña desapareció y no tengo la menor idea de a donde fue.
Me miró con sus ojos enormes y verdes, se notaba el temor en ellos, sus manos las aferró a la sábana.
— ¿Qué debería decir? ¿gracias por la paliza? O ¿gracias por no matarme?
No respondí, no tenía sentido ya que él no escucharía motivos ni razones, lo note en su tono de voz al responderme.
— Soy Andrei Dupree, ¿tu?
— Demian Colombo
Él extendió su mano hacia mí, la tome algo receloso, había pasado ya un tiempo desde que toqué a una persona, sus dedos se sintieron suaves como seda, parecían manos de un joven aristócrata. Fue entonces que noté la perfección andrógina de su rostro, sus labios carnosos, cabello sedoso, esbelta figura, estrecha cintura…las palabras del espíritu retumbaron en mi cabeza: “¿No preferirías hacerle otras cosas?”  ignorando mi consciencia empuje a Andrei a la cama nuevamente, debía hacerlo mío, algo en mi interior hervía por marcarlo.
Andrei me miró confuso, su cuerpo comenzó a temblar debajo del mío, eso encendió el interruptor haciendo mi excitación ir en aumento.
— ¿Es que eres un bruto? sigue herido por si no te habías percatado
La voz del fantasma distrajo mi atención y con ello la excitación, Andrei había dejado de temblar y su respiración se encontraba ahora pausada, miré su rostro, se había dormido. Me quité de encima de él.
— Has notado que no es un humano normal, ¿no es así?, ¿quisieras tenerlo?
Miré al fantasma, el cual miraba a Andrei con una sonrisa extraña, parecía que disfrutaba que el chico estuviese herido. Medité unos momentos la propuesta, no me vendría mal, el chico era guapo y su olor me recordaba a Lucyan, perfecto para satisfacer necesidades básicas.
— ¿Qué dices?, suenas como su dueño
El espíritu no me respondió, simplemente se limitó a desaparecer nuevamente, nunca he confiado en los contratos con muertos, pero al parecer aquel chico sí.
— pobre iluso
Dejé al chico seguir durmiendo, lo necesitaba con energía para lo que tenía planeado, no aceptaría tan rápidamente la oferta, tantearía el terreno antes.
Los días pasaron, Andrei me tomó confianza rápido, me seguía a todas partes como perrito faldero, irónico ya que yo era el canino de los dos. El espíritu por su parte aparecía y se esfumaba a su antojo.
— y bien, ¿Cuándo dejaras de aguantarte?
La pregunta me tomó por sorpresa, convenientemente en ese momento Andrei tomaba un baño por lo que someterlo en esos momentos sería pan comido.
— Se lo que estás pensado Demian, tranquilo, el chico sabe cómo complacer hombres.
Aquellas palabras fueron suficientes para hacerme mandar al carajo mi lado humano y darle rienda suelta a mi instinto, me dirigí de inmediato hacia el baño, abrí la puerta encontrándome a Andrei a punto de salir de la ducha.
— Demian… ¿sucede algo?
El me miró entre temeroso y emocionado, las gotas resbalaban por su esbelto cuerpo, al parecer sintió mi mirada recorrerle ya que cubrió su zona inferior y sus mejillas se tiñeron de rojo. Eso fue suficiente para tomarle del brazo y arrastrarlo hacia la cama.
— exquisito
Evité que replicara uniendo mis labios con los suyos, evitó que mi lengua penetrara en su boca apretando fuertemente los dientes, pero una de mis manos acarició su cadera haciéndolo gemir, aprovechando la oportunidad jugué con su lengua, mordí su labio inferior, un poco de sangre brotó haciéndome perder por completo la razón.
Esa tarde tomé al chico, más bien, lo violé; inconsciente de la preparación previa, lo penetré sin miramientos, el gritó y clavo sus uñas en mi espalda, las lágrimas afloraron en su rostro. No me importó, seguí con mis movimientos dejando que mi lobo tomase el control, mi cuerpo lo mantuve humano, la diversión se hubiese esfumado si mi cuerpo se transformaba en el del lobo.
Mordisquee sus pezones, llene su pecho de marcas, deje la huella de mis dientes en su cuello, lo domé y poseí como un loco. Cuando me di cuenta y mi frenesí desapareció era de madrugada, el chico se había desmayado hacia un rato, su abdomen estaba cubierto de su semen haciéndole ver endemoniadamente sexy. Saque mi pene de su entrada y lo acomodé nuevamente en mis pantalones, ni siquiera me tomé la molestia de desvestirme.
— Estupendo, dejaste que tu instinto saliera, aunque pobre de mí muchacho, lo has dejado herido de nuevo.
Los siguientes días me dediqué a cuidarlo, una fiebre le había invadido apenas recobró el conocimiento, me sentí culpable por lo que no volví a tocarlo, al menos no por el momento.
Algunos meses después, el dejo de temblar cada que me le acercaba, algo extraño ya que el fantasma me había comentado que poseía experiencia con chicos, era navidad cuando lo vi por última vez.
— Debajo del muérdago, bésame
Me ordenó con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos brillantes, no pude controlarme y lo poseí nuevamente, solo que esa vez fui delicado y me tomé tiempo para prepararlo, no quería volver a herirlo.
— Andrei…tengo algo que decirte
— ¿Qué es?
— he estado mucho tiempo solo, no había encontrado un hogar hasta que te conocí, mi instinto me indica que eres mi pareja.
Andrei me miró con la ceja levantada, abotonó su camisa y se acercó a mí con una sonrisa en los labios.
— fue divertido mientras duró, gracias por todo. Tu modo rudo de follarme fue estupendo.
Las palabras taladraron mi cabeza y pecho, sentí que algo en mi interior se hizo pedazos, un cristal cercano a mi corazón.
— Entonces me voy, quedé con un chico y voy tarde.
Entonces perdí el completo control de la razón, el lobo empujo a mi lado humano sometiéndole, mi cuerpo tomó forma de lobo y fue el final para Andrei; tomándolo por sorpresa le mordí el cuello, la sangre manó, sus ojos dejaron de brillar y su cuerpo se tornó laxo. Destacé su cuerpo, deglute  la carne que me supo deliciosa.
— Te traicionó, devora su corazón.

El espíritu en algún momento irrumpió en el departamento, me susurró a la oreja. Aullé y busque entre la sangre y restos de cuerpo el corazón, lo tomé en mi hocico y lo devoré, el espíritu soltó una carcajada mientras yo me deshice de lo último de Andrei.

7 jun 2013

Galeria Shoujo-ai

 Ya que puro Yaoi y Bishounens pongo, es turno de las chicas.















































































































































Visitas