Escrito random que se me ocurrió xD no tiene pies ni cabeza, pero bah...aquí se los dejo.
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Se
levantó al sentir el roce de los rayos del sol sobre su rostro, miró a su alrededor
sin lograr identificar el lugar.
—
¿Dónde estoy? — se preguntó mientras se levantaba de la cama, al caer la sábana
notó su desnudez, regresó a la cama y se cubrió de nueva cuenta con las
sábanas.
—
¿Por qué estoy desnudo? — volvió a preguntarse, cerró los ojos tratando de
recordar, pero por más que lo intentaba nada aparecía en su mente, entonces un
movimiento en la cama le hizo mirar a su costado.
Al
lado de él yacía un chico pelinegro de cabellera rizada, en sus labios tenía
dibujada una sonrisa de satisfacción, se movió hacia un lado logrando que las
sábanas cayeran un poco dejando apreciar su pálido pecho, el cual estaba
cubierto de marcas rojas.
El
castaño se levantó sorprendido comprendiendo la situación, llevó una mano hacia
su cabellera confundido, al parecer había tenido sexo con aquel joven, pero no
recordaba nada en lo absoluto, probó moverse un poco en la cama a fin de
identificar algún dolor, pero nada punzó, dolió o se sintió incómodo, entonces
se preguntó si había sido él el que había…hecho eso con el otro, aún más
confundido, escondió el rostro entre sus manos.
Entonces
la puerta se abrió y por ella entró otro joven, el cual parecía mayor que él, de
cabellera negra larga recogida en una coleta, solo vestía unos pantalones y su
pecho estaba al descubierto. El castaño se le quedó mirando estupefacto, ahora
no solamente había estado con uno, resulta que se había metido en un famoso “menage trois”; él hombre pelinegro notó
la expresión del chico y reaccionó con una sonrisa de lado a lado.
—
veo que has despertado — le dijo mientras caminaba en dirección a éste. El castaño volvió a subirse a la cama buscando
protección entre las sábanas, lo cual provocó una risilla en el mayor, a lo
cual el castaño respondió con las mejillas encendidas.
—
¿quién eres? — preguntó el castaño con recelo mirando al otro fijamente, en su
mirada se notaba que estaba asustado, confundido y furioso a la vez. El mayor negó
con la cabeza y detuvo su paso a unos centímetros de la cama.
—
Parece que has perdido la memoria ¿tan espléndido fue? — respondió el pelinegro
en tono burlesco para posteriormente tomar asiento en la cama del lado del
desconocido que yacía plácidamente dormido pese al ruido que estaban ellos dos
generando.
El
castaño reconoció enseguida ese tono burlón y familiar. Solo conocía a una
persona que sería capaz de hacer eso, y esa persona se suponía que debía estar prácticamente
al otro lado del mundo, o al menos con esa idea se había cuando se fue hace más
de cinco años.
—
Alexander…no puede ser ¡¿No estabas en Australia?! — exclamó sorprendido el
castaño mientras se levantaba nuevamente de la cama, no sin antes tomar la
almohada que le había servido al parecer para dormir, para cubrirse la zona
púbica. Alexander dirigió su mirada a la zona que el castaño trataba de ocultar
y volvió a reírse.
Debido a la fuerte voz del castaño, el otro
chico en la cama despertó, abrió los ojos y enfocó su vista en Alexander, le
dirigió una cálida sonrisa.
—
mmm… ¿ya es de día? — preguntó incorporándose en la cama, miró al chico al lado
de la cama y le dedicó una dulce sonrisa para luego regresar su mirada a
Alexander.
—
Ven a despertar como se debe a ésta princesa — dijo el chico recién despertado
extendiendo ambos brazos hacía Alexander. El castaño pasó su mirada a la escena
que se estaba desarrollando ante sus ojos.
Alexander
murmuró algo que sonó como “Niño mimado” y tomó en brazos al otro, acto seguido
le plantó un beso superficial en los labios que fue intensificándose hasta
escuchar los sonidos de las lenguas jugando entre sus bocas, en un momento del
beso Alexander miró de soslayo al otro que parecía aturdido, el cual, al verse
atrapado, desvió la mirada.
Alexander
notó la vergüenza de éste, sonrió maliciosamente y besó al menor que le
abrazaba con mayor pasión que antes, así acariciando con su lengua la del otro
a modo que se pudiese ver mientras una de sus manos le acariciaba la espalda delineándole
la columna, El menor se estremeció ante las caricias. Alexander dejó de besarlo
y miró al ojiverde.
—
¿No quieres unirte Andrew? — preguntó
Alexander mientras hacía que el menor le soltara y lo volteaba hacia Andrew.
Andrew
se impactó aún más al ver al chico que Alexander había estado besando segundos
atrás, el joven tenía las mejillas teñidas de rojo, y su cuerpo parecía como de
porcelana, blanco y delicado, sin contar los rizos que caían en su rostro
dándole la imagen de un ser celestial.
Su
respiración se tornó dificultosa en cuanto el hermoso joven extendió su mano hacia
él y le miró con los ojos de un azul intenso, Andrew tragó saliva cuando su
mirada pasó a la parte baja del joven, cerciorándose de si realmente era un
hombre, al notar el evidente bulto debajo de las sábanas se sintió sucio, por
lo que desvió rápidamente la mirada.
—
¿Por qué te avergüenzas? — preguntó Alexander mientras abrazaba el chico
delante suyo por la cintura — si esto ya lo has visto antes — agregó destapando
al joven y tomando en una de sus manos el miembro del menor, el cual se veía
claramente erecto y algo brillante por el líquido pre seminal.
—
ah… ¡no toques tan de repente! — se quejó el hermoso desconocido llevando una
mano hacia la mano que tomaba su miembro.
—
enseñémosle como es divertirse Dake — le susurró al oído Alexander mientras una
de sus manos comenzaba a moverse en el eje del mismo, Dake llevó la cabeza
hacia atrás descansando en el hombro del pelinegro, Alexander aprovechó para
acariciar con su otra mano el pecho del menor, deslizándose desde el abdomen hacia
arriba lentamente, Dake soltó un leve gemido.
—
Parece que la droga no ha salido completamente de tu sistema — agregó Alexander
dejando de acariciarlo y empujándolo levemente para que se recostara en la
cama, Andrew sintió que la escena se iba a salir de sus manos, por lo que sin
importarle que lo vieran, lanzó la almohada a la cama, tomó la primera ropa que
vio en el suelo y corrió a encerrarse en lo que supuso sería el baño.
Ya
dentro del baño, Andrew se sentó en el inodoro y respiró profundamente tratando
de recordar cómo había llegado a ese lugar y peor, como había terminado
metiéndose con Alexander y el desconocido Dake, volvió a respirar para calmarse
y decidió que tenía que huir de ahí cuanto antes, por lo que se metió la ropa
olvidándose de que no llevaría interiores y cuando terminó, se miró al espejo,
pudo reconocer el rostro de alguien que había salido de juerga por las ojeras
bastante visibles, de igual manera logró visualizar marcas rojas que comenzaban
a ponerse moradas alrededor de su cuello, sin duda, aquello no podría ocultarlo
por el momento, se sintió muy avergonzado, trato de buscar algún reloj o algo
que tuviera la hora, pero no halló nada, parecía más bien el baño de un hotel,
por lo que volvió a sentarse en el inodoro y esperó a que Alexander y el otro,
Dake, terminaran lo que fuesen a terminar.
En
algún momento mientras esperaba sentado en el inodoro, escuchó los sonoros
gemidos de quien, supuso, sería Dake, avergonzado trató de taparse los oídos,
fue entonces que llego, como un flashazo, todo lo que había ocurrido la noche
anterior, y recordó que, en efecto, él había sido partícipe de aquel juego.
**
Cuerpos sudorosos se
entrelazaban entre sí en la pista de baile, él mismo era parte de ese conjunto,
borracho como se encontraba, no reparó en que unas manos lo habían atrapado de
la cintura y él mismo se encontraba untando su pecho en un hermoso desconocido,
mientras éste le rodeaba del cuello, el hombre tras él empujó un poco su cadera
hacia Andrew y en un movimiento circular restregó su erección por encima del
pantalón.
… Unos momentos después
ya se encontraba en una habitación besando desesperado al desconocido de
cabello negro, mientras que el otro se dedicaba a darle pequeños besos en la
espalda desnuda.
Dos lenguas se posaron
en su sexo, sintió como se entrelazaban al momento de subir por el eje, su
cuerpo se agitó ante tanto placer, soltó un sonoro gemido cuando el pelinegro pasó
la punta de la lengua por el glande, miles de estrellas quisieron asomarse en
su visión...
… — Relájate Andy,
disfrutarás como no tienes idea — le susurró el pelinegro a Andrew mientras le
acariciaba las nalgas, en algún momento habían cambiado de posición y su pene,
antes atendido, ahora se sentía cobijado de calidez, miró hacia abajo encontrándose
a un sonrosado joven, el cual le miraba como los ojos llenos de lujuria y
soltaba un leve gemido, Andrew notó como su pene enfundado se introducía en
aquella cavidad, fue su primera experiencia y la estaba disfrutando como loco,
entonces sintió que algo duro se posó entre sus nalgas...
**
Andrew
se levantó del inodoro asustado, no recordaba al cien por ciento, pero estaba
seguro que él había tenido sexo gay, el primer sexo gay en toda su vida, nunca
había pensado que haría aquello, y peor aún, con un desconocido y, sobretodo,
con su hermano mayor. se acercó a la puerta y pegó el oído, en algún momento
mientras recordaba, los sonidos se había detenido, por lo que quiso comprobar
que aquellos dos habían al fin terminado.
—
¿No piensas salir de ahí? — escuchó la voz de su hermano al otro lado, sonaba
cerca, por lo que Andrew supuso se encontraría parado delante de la puerta,
Andrew apoyó su frente en la misma y suspiró, ahora no sabía cómo iba a
enfrentar la situación, su cuerpo no dolía, pero sus recuerdos le hicieron ver
que claramente había tenido sexo con el hombre al otro lado, había practicado
el incesto, sentía una mezcla de emociones inexplicable, que oscilaban entre
culpa y placer.
—
Ya se fue Dake, sal un momento, creo que debemos hablar — volvió a escuchar el
castaño, pero esta vez un poco más lejos, aún con el corazón al mil y los
nervios a flor de piel, decidió que debía salir del baño, al menos ya no estaba
desnudo y eso le hacía sentir un tanto valiente, quizá, menos del 2%, pero era
algo.
Respirando
profundamente, Andrew salió del baño y se encontró a su hermano con la camisa a
medio poner sentado en la cama, él al verlo hizo un ademán para que se sentara
a su lado, a lo que Andrew respondió con una negativa, se acercó unos pasos,
dejando una considerable distancia para que el otro no pudiera alcanzarlo por
si las dudas.
—
Alex, no comprendo que hacemos aquí y mucho menos… — dijo Andrew para luego desviar
la mirada y agregar en voz baja — que hayamos tenido sexo — aclaró su garganta
y se obligó a enfrentar la mirada de su hermano, la cual se veía bastante
tranquila para la situación que estaban enfrentando.
Alexander
llevó su cabeza hacia atrás un poco, más que preocupado, parecía cansado, cruzo
las piernas y regresó su vista a Andrew.
—
¿Recuerdas cuando me fui? O más bien… ¿tienes idea porque me fui? — interrogó
Alexander aún sin moverse de su sitio manteniendo la mirada firme en el
castaño.
Andrew
llevó una mano hacia su brazo nerviso a la vez que desviaba nuevamente la
mirada, negó con la cabeza y se acercó un paso hacía su hermano. Alexander al
ver la reacción del menor, decidió levantarse y acercarse a él, lo cual
ocasionó que Andrew tratara de alejarse, lo cual el otro no permitió tomándole
del brazo.
Andrew
sintió la calidez de los dedos de Alexander sobre su piel, otro recuerdo de la
noche anterior se coló en su cabeza, más bien, una simple frase “he querido hacer esto desde hace mucho
tiempo…eres todo para mi Andy” , entonces sintió como todas las piezas
encajaban, incapaz de poder en ese momento dar una respuesta que no sonara a
balbuceo, optó por no huir, bajar la mirada y susurrar — pensé que te habías
hartado de mi — al terminar la oración sintió que era jalado hacia el pecho del
mayor, se fundieron en un abrazo, el cual Andrew se dio cuenta que necesitaba
como respirar, soltó todo el aire contenido y se dejó abrazar por el mayor.
—
No soportaba tener estas emociones por ti, eran incorrectas, inmorales, temía
que me odiaras si te enterabas y peor aún, que te alejaran de mi — dijo
Alexander al oído de Andrew, éste se estremeció con el aliento cálido de su
hermano y de igual manera comprendió, era cierto, cuando su hermano se fue,
apenas él iba a cumplir los doce.
**
— ¡No te vayas! —
exclamó Andrew aferrándose con fuerza a su hermano mayor. ese día Alexander
había llegado a casa con la noticia que se iría a estudiar al extranjero, que
había conseguido una beca y que partía en una semana, todos habían sido tomados
por sorpresa, sobretodo, Andrew, el cual había reaccionado gritándole que lo
odiaba y durante la semana se había recluido a su habitación evitando por
completo el contacto con él.
La semana había pasado
y ahora Alexander se encontraba en la puerta de la casa, no había podido
abrirla cuando Andrew corrió hacia él y lo abrazó con fuerza. Los padres de los
chicos bajaron la mirada y decidieron darles un momento a solas, por lo que
salieron de la casa para terminar de alistar el automóvil.
— Andy pequeño, tengo
que hacerlo — respondió Alexander con una muy dulce voz a su hermanito, al
tiempo que trataba de separarlo tranquilamente de su cuerpo. Andrew reaccionó
abrazándose aún más a él. — no me hagas esto — escuchó Andy al tiempo que
Alexander le devolvía el abrazo con fuerza, haciendo que descuidara el agarre,
momento que el mayor aprovechó para zafarse y empujarlo lejos de sí.
— cuídate, te quiero —
fue la última frase que escuchó Andrew de su hermano antes de que cerrara la
puerta en sus narices y se fuera para siempre, o eso pensó en esos momentos, de
su vida.
**
—
Han pasado ocho años desde entonces, no supimos de ti todo ese tiempo… — Andrew
murmuró en el abrazo, al tiempo que cerraba los ojos y se dejaba sostener, en
esos momentos se sintió en el lugar correcto, todo el nerviosismo que había
sentido minutos atrás se desvaneció, no pudo evitar sentir el calor que el
cuerpo de su hermano emanaba, repentinamente se sintió comodo, tanto que no se
percató cuando fue arrastrado a la cama, quedó debajo de Alexander y de un
momento a otro sus labios se unieron en un casto beso, cuando se separaron
Andrew comprendió algo.
—
Siento que aunque seamos hermanos, esto no es incorrecto ¿verdad? — comentó
Andrew mientras rodeaba del cuello a su hermano para acercarlo nuevamente a él.
— el amor jamás será incorrecto Andy —
respondió Andrew y besó su mejilla, luego su frente y junto la suya con la de
él. — Traté todo este tiempo de olvidarme de éstas emociones, incluso salí con
varias personas, chicos y chicas, el de anoche fue una de esas conquistas de
momento, anoche…no pude evitar no llevarte conmigo, no me arrepiento de nada,
bueno, quizá de haberte metido en un trío siendo tu primera vez — dijo
Alexander con los ojos cerrados, aún encima de Andrew.
—
¿Quién dijo que lo fue? — respondió Adrew juguetón, a lo que Alexander se
levantó un poco para mirarle a los ojos con una sonrisa ladeada en el rostro, claramente
diciendo “eso ni tú te lo crees”. Andrew rodó los ojos y dejó caer los brazos a
sus costados.
—
De acuerdo, tú ganas, fue mi primera vez con un hombre, pero no era virgen ¿tienes
en cuenta que tengo 20 años?, he tenido muchas novias desde que cumplí los 15 —
se jactó el menor sonriéndole al otro. Alexander sonrió y rodó a un costado de
él, se colocó de lado para mirarlo. — ¿Entonces el pequeño miedoso y penoso
niño que conocí años atrás desapareció y se volvió en todo un gigoló? — comentó
el mayor al tiempo que acariciaba el pecho de su hermanito por encima de la
ropa.
—
No tanto así, pero si tuve varias novias y claramente bastante sexo, pero… — se
colocó de lado mirando a su hermano, acercó unos centímetros su rostro al de él
y beso su mejilla — Montártela con tu hermano es mil veces mejor que cualquier mujer
— agregó susurrándole al oído, para luego empujarlo y quedar encima de él.
—
¿La próxima no involucres a un tío cualquiera va? No me agrada tener que
compartirte — se quejó Andrew mientras se acomodaba en el regazo de su hermano.
—
Lo dice quien claramente dijo la semana pasada “¿y si jugamos a que nos
encontramos en el bar y tenemos un trío con algún tipo guapo o al menos
pasable?”— comentó Alexander con el tono cantadito que Andrew usaba mientras
tomaba de la cintura de éste. Andrew se carcajeó al ver la pésima representación
de sí mismo que Alex intentó hacer.
— Vamos a tener que dejar estos juegos y
hablando de eso… — Andrew comenzó a menear la cadera encima de Alexander, el
cual enseguida se crispó por el roce y sintió como su cuerpo reaccionaba. —
¿Tuviste sexo con ese niñato? — preguntó acercando su rostro al otro. Alexander
besó cálidamente sus labios.
—
Sabes que jamás te sería infiel…solo tú puedes meterla en el agujero de otro,
en mi caso…con esto — tomo con ambas manos las nalgas de Andrew, las apretó
suavemente — me basta y sobra — dicho esto se fundieron en un apasionado beso.
Si
bien, ellos llevaban una relación no tan convencional, sus padres habían decido
cortar lazos con ellos y dejarlos ser, después de todo, 8 años de separación no
habían bastado para separarlos; ahora con Alexander de 27 años y Andrew de 20,
podían hacer y deshacer lo que quisieran en su vida, y así lo hicieron desde
que se reencontraron hace un año en un antro de mala muerte a las afueras de la
ciudad.
Fin
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