— ¡Siempre
es lo mismo contigo!, blanco y negro, blanco y negro, ¿¡No puedes considerar
por un momento el gris?!
Le miraba impávido con los
brazos cruzados en el pecho y una sonrisa sardónica dibujada en mis labios.
— ¡Ya
no soporto esto!, tenemos que hacer algo
Tomó asiento en la orilla de la
cama y comenzó a morderse las uñas, gesto que hace siempre que se encuentra irritado,
nervioso o fastidiado. Baje la mirada y
solté un suspiro; Angel tenía razón, a
pesar de ser un chico de mente abierta, había ocasiones en las que no aceptaba
un “no sé” como respuesta, demasiado extremista me decían mis padres cada que
actuaba de tal manera, bueno o malo, polo a polo, siempre ignorando otras
posibles soluciones, salidas, caminos.
—
Angel, sabes que no puedo ver más allá de lo establecido, en cuanto a ese tema
se refiere, o lo tomas o lo dejas, así de sencillo
Seguí con la mirada gacha; sabía
que lo que hacía estaba mal, no podía hacerlo elegir entre yo y su familia,
pero soy egoísta, lo quiero solo para mí. Escuché el “tap tap tap tap” de tus
zapatos contra el suelo, te estabas
impacientando.
— Déjame
pensarlo, mientras tanto, tomémonos un tiempo.
Otra vez aquellas palabras,
durante mis 29 años de existencia, siempre he cometido el mismo fallo, sé que
no debo hacer ceder todo el tiempo a mis parejas, pero no puedo evitarlo, es
algo nato e incontrolable.
— si
así lo deseas, tomémonos un tiempo…
Nuevamente el silencio, no sé cuántas
veces en este último mes nos hemos quedado en esta situación, pareciera que
todo se está yendo por la borda, subo la mirada y me miras fijamente, ¿Qué ves?,
¿por qué sonríes de esa manera mientras tus ojos indican cierta tristeza?
— ¿así
de fácil?, ya veo que tanto amor que profesabas, solo era palabras vacías.
Un puñal en mi pecho, eso siento
en este momento, eres el único que ha logrado regresarme a la realidad más de
una vez, no por nada hemos estado juntos tantos años, de los cuales no te he
dado el lugar que te corresponde. Carraspeo, estoy nervioso, angustiado,
ansioso y más que nada molesto.
—
Ángel, te debo muchas cosas, eres alguien a quien nunca podre reemplazar, las
veces que te he dicho que te amo, lo he demostrado, he sido sincero, no es la
primera vez que tenemos este tipo de discusión por algo tan trivial.
Mal final para un excelente
discurso, vaya que me empecino en poner mis ideas y valores sobre los demás,
otro punto en contra.
— vaya
que eres un idiota, y uno muy grande, aunque no sé si yo lo soy más por
quererte, como te dije, lo pensaré y en dos semanas te doy mi respuesta
Se levantó de la cama y se
acercó a mí, tomó mis manos y las cubrió con las suyas. Le miré algo
confundido, pensé que con aquella última frase él saldría del cuarto y no lo
volvería a ver jamás, es algo desalentador haberme equivocado.
—
Mientras tanto, no tienes permitido irte de juerga, ni levantar a otros hombres
o mujeres, ¿entiendes?, tú eres solo mío.
¿Era cierto lo que escuchaba?,
una posesividad en cuanto a mi persona de parte de él, nunca me lo hubiese
planteado, durante diez años el no dio indicios para que pudiese formular dicha
parte desconocida de su personalidad.
— Suena
a que soy un puto, sabes que no me agrada socializar y mucho menos cogerme a
cualquier chico guapo o chica voluptuosa que se me cruce en el camino, no soy
un perro en celo
Carcajadas salieron de su boca,
le lagrimaron los ojos, ¿había sido tan gracioso lo que dije?, no lo creo, pero
ahora recuerdo que él siempre ha tenido buen sentido del humor, algo de lo que
yo carezco completamente, me tomo todo enserio.
— lo
sé, lo sé, pero quería advertirte por si las dudas, uno no sabe lo que puede
llegar a pasar el día de mañana, ¿Qué tal que despiertas con un cable cruzado y
te crees nuevamente adolescente?, ¡no puedo permitir eso!
Ahora es mi turno de reírme, su
sentido del humor derriba siempre mis barreras, definitivamente, los diez años
no han sido en vano, ni son por mera costumbre, aún puedo decir que amo a ese
hombre, que aunque es siete años menor que yo, parece estar diez años más
encima de mí.
— ¡Me
hieres el ego!, pero puedo perdonártelo, toma tu tiempo, el traslado es hasta
dentro de dos meses, además, si no quieres dejar todavía el mundo que conoces e
irte a un lugar desconocido y yo tengo que irme, te vendré a ver, y
mantendremos contacto
¿Quién lo diría?, he cedido por
primera vez en mi vida, aquella simple sonrisa que logró sacarme fue suficiente
para dejar de lado mi egoísmo, no puedo permitirme perder al hombre de mi vida
por un simple capricho. Tus ojos se han abierto enormemente, al igual que tu
boca, parece que no te lo crees.
—
Brandon, idiota sin medida
Me has rodeado con tus brazos el cuello y
cerrado tus ojos, la invitación es clara y concisa; con dicha reacción, puedo
aprender a ceder un poco y dejar que él tome el control de vez en cuando, después
de todo, el consejo que daba al fin he de aplicarlo: “En una relación, tiene que haber reciprocidad, respeto y honestidad,
comunicación”. Es hora de disfrutar del fin de semana, que puede que al día
siguiente no despierte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario