19 may 2012

Random...





En la tranquilidad de mi baño, mientras mantengo los ojos cerrados y dejo deslizar el agua por mi cuerpo lavando las impurezas, llegan imágenes a mi mente, tan vividas como antes; olores, sensaciones, sabores, pero sobretodo emociones. Los recuerdos me abruman, dejan una niebla espesa en mi mente, cierro el grifo y tomo la toalla; con el cuerpo húmedo me deslizo dentro de la cama, la sábana cubriéndome los glúteos, el computador al alcance de mis dedos; abro una página en blanco y comienzo a escribir….

Era en eso entonces una niña, una neófita sobre la vida, el amor, el sexo.  Uno de mis tíos que se había criado en una ciudad alejada por muchos kilómetros de mi casa, llegaba todos los días, era su sobrina preferida; siempre me tomaba del rostro, acariciaba mis mejillas, enredaba sus brazos en mi cintura y me colocaba encima de sus piernas. Era una rutina que no podía faltar, al principio me parecía un tanto empalagosa, pero luego me fui acostumbrando a la calidez de sus muslos, a sus brazos oscuros rodeándome la cintura y su aliento cálido acariciando mi mejilla. Era siempre así  hasta que sentí algo inusual en aquel confortable asiento, su mano ahora se posaba sobre mi rodilla, no me incomodaba, al contrario, mi rodilla se sentía caliente, viva; su mano paseo por mi muslo, de arriba abajo, de abajo a arriba, primero por encima de mi falda, luego poco a poco fue escabulléndose hasta tocar mi piel, aquello me estaba comenzando a incomodar, pero era demasiado reconfortante estar así en sus piernas; uno de sus dedos dibujo un circulo en mis pantaletas, sentí un cosquilleo, el me miro sonriente y prosiguió con sus caricias, un segundo dedo se unió al primero moviéndose en compás de un música silenciosa, estaba disfrutando esa sensación, las cosquillas recorrieron mi cuerpo, subiendo por mi entrepierna, pasando por mi estómago; no duro mucho después no volvió a hacerlo y regreso a su tierra natal, en donde no volvería a sentirlo.

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